El proyecto de La Lula consiste en buscar crear un concepto de hospitalidad que pueda funcionar de día y de noche, adaptable a cada momento y requisito, comenzando con un café y tapas durante el día, convirtiéndose en un restaurante durante la noche y terminando como un bar de cócteles.

Se apostó por “La Lula” no sólo como nombre de local, sino como hilo conductor y directriz estética en el proceso de diseño y por eso, se ha añadido un acabado oxidado a los elementos metálicos de las paredes, las lámparas y la barra.

La lujosa experiencia de sentarse en el interior está rodeada de su estilo ecléctico por todos lados. Los taburetes de cuero altos rodean las mesas de madera, proporcionando a los comensales un lugar idóneo para tapear. 

Otras características que contribuyen al ambiente es su iluminación contrastando con el espacio.

La clara idea de fusionar día y noche tuvo que aplicarse con un elemento pesado y el color hace bien el trabajo, enlazando todos los espacios para crear una sensación de cohesión.